El robo de identidad es uno de los crímenes de más rápido crecimiento en la nación, especialmente en los suburbios, Melissa Bean.
El robo de identidad es la apropiación de la identidad de una persona. Es hacerse pasar por otra persona mediante la obtención de su información personal o financiera, como número de cuenta bancaria, información de tarjeta de crédito, licencia de conducir, número de seguro social, etc. para usar su identidad para cometer fraude, como realizar transacciones o compras no autorizadas, obtener atención médica gratuita o realizar actividades delictivas (inmigración ilegal, evasión de impuestos, etc.).
Es una experiencia traumática y difícil y sus víctimas se quedan con facturas en las que no incurrieron, daños a su crédito, finanzas y reputación.
Los niños y los ancianos son particularmente vulnerables. Los ladrones y hackers obtienen información confidencial y sensible por muchos medios: hackeando redes informáticas, ingeniería social, programas de fuerza bruta que atacan contraseñas débiles, utilizando malware como, por ejemplo, spyware, troyano o keylogger (programa para capturar las pulsaciones de teclas), etc.
El 33% de los ciudadanos americanos y el 40% de los consumidores de todo el mundo han experimentado el robo de identidad en algún momento de sus vidas. Cada año, 15 millones de estadounidenses son víctimas del robo de identidad.
La situación es terrible y el futuro, sombrío. Deepfakes o vídeos manipulados, si no se consigue encontrar un modo de controlarlos, se convertirán en la próxima gran arma de los ciberdelincuentes.