Cómo lidiar con personas pesimistas

Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; un optimista ve la oportunidad en cada dificultad, Winston Churchill.

Aunque hay quien dice que el pesimista es tan solo un optimista bien informado, la realidad es que se trata de otro tipo de persona con la que cuesta bastante relacionarse. Una persona pesimista tiende a centrarse en los aspectos negativos, siempre ven el lado oscuro y están convencidos que siempre sucederá lo peor. Ante cualquier idea, proyecto o sugerencia siempre tienen el “No” en la boca; suelen responder con “¿Para qué?”, “No funcionará”, “Ya lo hemos intentado y fue un auténtico desastre.” Si hace sol y buen tiempo, te quemarás y eso podría provocarte cáncer de piel. Por el contrario, si está lloviendo, tus pies se mojarán y te resfriarás.

Encontrarán todos los inconvenientes, peros y dificultades. Piensan que si algo puede salir mal, saldrá mal y en el peor momento posible. Cuando decimos de salir, protestan porque hace mucho calor o frío. Son aquellos que, por norma, encuentran la botella medio vacía; están ya derrotados antes de iniciar la lucha. Encuentran dificultades y obstáculos en cualquier oportunidad, insatisfacción en cualquier situación y actividad, errores y fallos en todo y en todos, y problemas en cada solución o estrategia. Demuestran una absoluta falta de esperanza o confianza en el futuro.  

Cómo lidiar con personas pesimistas

1. Es terriblemente imprescindible que partamos de la siguiente regla, la gran regla de oro: La persona no va a cambiar. Te lo repito, tenlo claro, no les vas a cambiar. Acepta a estas personas tal como son.

2. No dejes que te depriman con sus dudas, miedos, opiniones e ideas. No te dejes arrastrar por su visión sombría, negativa y derrotista en un agujero negro de tristeza, desesperanza y desesperación.

3. Como con el resto de personas difíciles, no sigas su juego. Escúchales activamente, reconoce sus objeciones, las cuales tendrán en muchos casos fundamentos racionales, pero no pretendas convencerlos, cambiarlos ni que te echen ningún cable. Ciertamente tras escucharle puedes proponerles alternativas y estrategias de resolución pero sabiendo que, quizás, ni te estén realmente prestando atención, que por un oído les entra y por otro les sale pues típicamente ya han tomado su decisión de no hacer absolutamente nada.

   Acepta que, en numerosas ocasiones, la comunicación no podrá ser efectiva porque una parte, la del pesimista, no está en la necesaria actitud para buscar soluciones y estrategias de resolución de problemas y conflictos o llegar a compromisos de ningún tipo.  

4. Pasa el menor tiempo posible con ellos, limita al máximo la comunicación con ellos. Trata de encontrar ayuda y apoyo en tus familiares, amigos y compañeros de trabajo.

5. Razona que alternativas tienes, los riesgos asociados y qué sucedería si no haces nada. Recuerda, siempre tenemos que mirar y continuar caminando hacia adelante, continuar avanzando, trabajar más duro y mejorar sin importar lo que la vida nos depare. ¡Hacia atrás ni para coger impulso!

   Siempre hay errores que se pueden (y debemos) corregir y huecos que se pueden llenar. Siempre hay riesgos (que habrá que minimizar y saber gestionar), cosas que pueden salir mal, en cada decisión y acción. Sin embargo, si no lo intentas y no trabajas duro, desde luego no vas a tener éxito ni llegar a ninguna parte. Si no arriesgas nada, lo arriesgas todo. El mayor riesgo es no arriesgarse en absoluto, ni tan siquiera intentarlo, el no ya lo tienes…

6. Se positivo, ten confianza en sí mismo. Rodéate de personas positivas pues te ayudarán a crecer, expandir tus horizontes, aprovechar nuevas oportunidades y superar las adversidades. Por el contrario, las personas negativas tratarán de arrastrarte a su nivel, minarán tus posibilidades de tener éxito y prosperar, debilitarán tus fuerzas, te aburrirán y harán perder el tiempo y, en última instancia, harán que tu vida se convierta en un infierno.

7. Haz algo nuevo, creativo y diferente. Incluso si cometes errores, al menos, lo estás intentando. Estás esforzándote y aprendiendo para poder así mejorar, crecer e incrementar tus posibilidades de éxito en la próxima oportunidad. Además, estás dando ejemplo a los demás sobre cómo vivir un estilo de vida sano, positivo, productivo y significativo, que realmente merece la pena.