Los adictos al trabajo son adictos a la actividad; los triunfadores están comprometidos con los resultados, Charles Garfield
¿Qué es el trabajólico? Es un hombre o una mujer que es adicta a su trabajo. Más concretamente, el trabajo se ha convertido en el centro de su vida y está dispuesto a sacrificar todo por su trabajo. Trabajan demasiadas horas y demuestran una devoción plena a su trabajo. Afecta a sus relaciones personales, familiares y a su salud.
El perfil clásico del trabajólico es el de un varón, de unos treinta a cuarenta años, de clase media alta, muy competitivo, ambicioso, individualista y perfeccionista.
Aquí te ofrezco algunas ideas y pistas:
Preocupación constante, incluso obsesión, por el rendimiento académico o profesional. Gran dedicación laboral, implicación excesiva, es decir, son siempre los primeros que llegan y los últimos que se marchan. Muchos trabajan más de 45 horas a la semana, incluso estando enfermos, seis o siete días a la semana, hasta altas horas de la noche y descansan solo unas pocas horas diarias. Comen en el coche, en su escritorio, despacho o en el trayecto de ida o vuelta al trabajo. Están siempre dispuestos a realizar un esfuerzo adicional para conseguir los objetivos y alcanzar los plazos.
Sacrifican, a menudo, el sueño y las vacaciones. Les cuesta descansar y relajarse, se “llevan trabajo a casa” y los días libres siguen en “contacto” con la empresa y los clientes por teléfono y email. Su salud, tarde o temprano, les pasa factura y, en consecuencia, terminan cansados, quemados y su rendimiento decae a medio y largo plazo. Padecen de ansiedad, estrés e irritabilidad; en casos extremos, pueden sufrir de depresión, úlceras, hipertensión, infartos, insomnio, alcoholismo, dolor de espalda y de cabeza incapacitantes, abuso de drogas y cáncer.
Aceptan generalmente cualquier trabajo adicional pero raramente delegan tareas; poseen una agenda muy apretada y organizada; son muy competitivos porque el éxito y la autorrealización están medido con un único criterio: su carrera profesional. Sus relaciones personales, familiares y románticas son escasas y de poca calidad porque “no tienen tiempo” y están siempre pendientes del móvil. Descuidan tanto a su familia, amigos y salud que muchos acaban solos, divorciados y sin empleo. Terminan encontrándose vacíos, tristes, aislados y en serias dificultades económicas.
Hay que destacar que, en la mayoría de los casos, los primeros en identificar el problema suelen ser los familiares pues reconocen que los trabajólicos son incapaces de conciliar la vida laboral con la familiar.