Sinceridad

Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio, Joan Manuel Serrat.

Cuando se trata de hombres que estén románticamente interesados en ti, es muy sencillo. Ignora todo lo que dicen y presta solo atención a lo que hagan. Es así de sencillo, es así de simple, Randy Pausch.

No es oro todo lo que reluce, las apariencias pueden ser bastante engañosas. No siempre transmiten una información precisa sobre una persona. El verdadero yo puede ser bastante diferente de cómo parece o se presenta.

En las sociedades occidentales, la corrección política se nos ha ido de las manos, la libertad de expresión está bajo ataque y en entredicho, y la cámara de eco y resonancia que conforma las redes sociales está constantemente llena de señales y postureo de virtudes vacías y sin sentido para que todos sepan lo tolerantes, democráticos, progresistas o abiertos que somos. Hay demasiadas personas que usan una sonrisa falsa y embotellada. La mayoría llevan máscaras y ocultan quiénes son realmente para encajar y caer bien.

Muestran una imagen de sí mismos, en las redes sociales, que es más positiva, agradable y rosa que la realidad. Se presentan como personas amables, generosas, tolerantes, comprensivas, amistosas, responsables y conscientes de lo social y del medio ambiente. Esta imagen no corresponde a su verdadera personalidad, a la terca realidad y se transmite única y exclusivamente para ganar algo, como ser alabado y valorado, tener relaciones sexuales, casarse, tener compañía, conseguir un puesto de trabajo o un ascenso salarial, tener éxito o, simplemente, encajar en el grupo.

Por supuesto, en otras circunstancias, revelan sus verdaderos colores, una imagen muy diferente que es mucho menos amable y agradable. Básicamente, con demasiada frecuencia, las personas distorsionan su imagen hasta tal extremo que cualquier relación que formen está condenada al fracaso cuando el “otro” se da cuenta del engaño y decepción.

Una relación donde uno o ambos no expresa y oculta su verdadero Yo es una relación condenada al fracaso desde el principio.

Cuando las apariencias, la mentira y la decepción es la nueva moda y todo el mundo parece estar a la última, cuando la mayoría de las personas son falsas, pocas son sinceras e integras y aún otras son realmente buenas engañando y pretendiendo ser lo que no son. ¿Cómo puedes darte cuenta del engaño? ¿Qué puedes hacer?

No te preocupes querido amigo, si esperas pacientemente el tiempo suficiente, lo verás. La mejor medicina si tu novio o novia es así es el tiempo. A veces no son las personas las que cambian, es la máscara la que se cae. Solo necesitas tiempo para estar con tu pareja en muchos momentos, circunstancias y situaciones, mientras más mejor. La falta de carácter e integridad siempre se manifiesta al final, en la hora de la verdad, cuando más lo necesites. ¡Da tiempo al tiempo!

Habla menos, escucha activamente y está atento a tu pareja, así como, a otras personas (familiares, amigos, compañeros de trabajo y conocidos) que lo conozcan. Si detectas una anomalía substancial entre tu visión y la de los demás, procura darte más tiempo para comprender qué es lo que está pasando antes de tomar una decisión importante y acometer cualquier paso del que te puedas arrepentir (relación sexual, vivir juntos, tener hijos, prestar una cantidad significativa de dinero) y redobla la vigilancia.