Sexo

El amor no se trata de sexo, de salir a veladas románticas o presumir. Es estar con la persona que te hace feliz de una manera que nadie más puede hacerlo, Anónimo.

¿Por qué muchos hombres le llaman amor cuando realmente solo buscan sexo? El sexo es importante, no cabe ninguna duda. Somos seres sexuales y todos anhelamos intimidad, complicidad, y cariño en nuestras relaciones. El sexo es saludable y placentero, un anti estrés natural muy efectivo en un mundo complicado y súper estresante y, desafortunadamente, las cosas no parecen ir a mejor ni mucho menos. Sin embargo, su importancia declinará con los años.

Una relación que se basa en la apariencia física del otro, en su nivel socioeconómico, riqueza, sexo, fama o poder es como un hombre que construye su casa sobre arena. Llegarán los vientos y las lluvias torrenciales (enfermedades, despidos, traslados de destino, el paso de los años, etc.) y la casa se derrumbará.

Una casa construida sobre roca tiene sus cimientos firmes y bien arraigados en el amor, el diálogo, la paciencia, el perdón, la capacidad de compromiso y la comprensión. Vendrán tormentas y huracanes pero la casa no se derrumbará.

Consejos para una vida sexualmente sana

Si eres mujer, considera que un hombre es promiscuo por naturaleza. En cambio, la mujer que realiza una inversión mucho mayor en la reproducción y cuidado de la prole, está diseñada evolutivamente para ser más selectiva, exigente y así encontrar la mejor pareja posible que pueda y quiera proveer para la familia. En consecuencia, antes de ponerte en una situación “peligrosa” que te será muy difícil o prácticamente imposible de controlar y dar marcha atrás, evalúa fría y detenidamente: ¿Es eso lo que realmente quieres? ¿Es la relación lo suficientemente madura? ¿Está todo “bajo control”?, es decir, ¿cómo practicarás el sexo de forma segura (riesgo de embarazo y de enfermedades de transmisión sexual)? ¿Qué método anticonceptivo vas a usar?

A continuación, si tu respuesta es que no estás preparada o que no quieres tener sexo antes de casarte, díselo claramente, con firmeza y asertividad y cuanto antes, mejor. Si el o ella no respeta tu decisión, rompe la relación, déjale/déjala. Suena frío y es muy duro pero es mejor así, por difícil que pueda parecerte.

Cuando la tediosa rutina y el cansancio se hacen presentes en relaciones estables y duraderas considera:

• El sexo es sano y placentero pues nos hace vivir más y mejor. Libera tensiones, alivia el estrés, ayuda a dormir más y mejor, mejora el cutis y fortalece el sistema inmunológico.
• Una buena relación sexual nos hace más felices, mejora la comunicación, comprensión, intimidad y complicidad con nuestra pareja.

• Combate la rutina con imaginación y buen humor. Escríbele un poema de amor, viaja con el/ella, invita a tu pareja a una velada romántica, cambia los espacios, las posturas, el momento, probad juegos eróticos o luce un vestido provocador o un picardías en casa para esa persona tan especial. Recuerda que el sexo no es lo mismo que el coito, se trata de amor, ternura y cariño. Incluye piropos sinceros, bromas, palabras de amor, juegos, besos, caricias, abrazos, masturbación, sexo oral y anal, juguetes sexuales, vibradores, lubricantes y otros accesorios.

• Dejad los problemas, las preocupaciones, las prisas y el estrés fuera de la cama. Déjalos ir y, simplemente, disfrutad el uno del otro, de vuestro amor, cariño y besos con ternura y pasión.
• Evita fumar, beber alcohol y tomar drogas. Limita el tiempo que dedicas a la caja tonta, a Internet, a las redes sociales y a los videojuegos; practica, por el contrario, más ejercicio físico, come una dieta sana y equilibrada, duerme bien, mantén un estilo de vida activo y realiza más actividades al aire libre.

• Reconoce que aunque tu cuerpo haya cambiado y las relaciones sean menos frecuentes, quizás también menos intensas y gratificantes, no por ello tenéis que renunciar a disfrutar de la sexualidad, de ser felices en vuestras relaciones sexuales. Recuerda que lo importante no es el orgasmo ni el coito sino la calidad de la relación, vuestra intimidad y conexión emocional, las muestras de afecto y ternura, ese daros el uno al otro con cariño y amor, mostrándoos lo mucho que os queréis. Es, fundamentalmente, hacer sentir al otro que es único, especial e irrepetible.
• No aceptéis censuras en vuestra relación, no la limitéis (hay parejas que solo practican o han practicado la postura del misionero, en la cama y a oscuras), sino disfrutad el uno del otro con generosidad y libertad. Sin embargo, tampoco es necesario “probarlo todo” forzando a una de las partes a realizar algo que no quiere o no le gusta; por ejemplo, el sexo oral y anal no son necesarios para una relación sana a menos que realmente ambos lo queráis. Además, mantened las cosas privadas, como el sexo, en la esfera estrictamente privada.

En general, la regla de oro es dialogar abiertamente y con franqueza con tu pareja sobre vuestra sexualidad: vuestros gustos y lo que os desagrada o no se os apetece; vuestros sentimientos, necesidades y limitaciones; y averiguad que es lo que mejor funciona ahora mismo para los dos, así como, ser capaces de adaptaros conforme la vida y vuestra realidad cambie.