Sigue tus sueños, trabaja duro con constancia y perseverancia. Asegúrate de comer una dieta variada, hacer bastante ejercicio y mantener un estilo de vida saludable, Sasha Cohen.
La falta de actividad destruye la buena condición de cualquier ser humano, mientras que el movimiento y el ejercicio físico metódico la guardan y la preservan, Sasha Plato.
¡OÍDO COCINA! ¿Cuánto impacto pueden tener tus hábitos y estilo de vida en tu esperanza de vida?
Lleva un estilo de vida activo, practica ejercicio físico y deportes regularmente, por ejemplo, anda a paso ligero, haz yoga, gimnasia, o natación. Se trata de cuidar el principal recurso con el que cuentas: tu salud.
El ejercicio frecuente tiene los siguientes beneficios: vivirás más y mejor así, por ejemplo, disminuirás el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad; reducirás la ansiedad y el estrés facilitando, en consecuencia, el sueño y el descanso; incrementarás tu energía vital, tu capacidad mental (mens sana in corpore sano, es decir, una mente sana en un cuerpo sano) y la claridad de ideas; te sentirás mejor, así como, aumentarás tu autoestima y autoconfianza.
Así que ahora sabemos el por qué, la pregunta que queda es ¿cómo?
Comienza gradualmente y entrena suavemente. Por ejemplo, si quieres correr, las primeras semanas podrías caminar a paso ligero o correr lento, es decir, hacer “jogging”, durante solo unos minutos, una corta distancia. Si prefieres el yoga o la gimnasia, haz tan solo algunas posturas o ejercicios, los más básicos y sencillos durante los primeros días y, poco a poco, aumenta el número y la dificultad de tu rutina diaria.
Permíteme insistir en esta idea: Consulta a tu médico cual es el deporte, tipo de ejercicio y entrenamiento que mejor se adapta a ti.
Haz ejercicio, al menos, dos o tres veces por semana y dos o tres horas después de comer.
Usa ropa cómoda con la que te sientas a gusto y que te permita libertad de movimientos. No uses joyas ni relojes, y evita el maquillaje.
Si vas a realizar yoga, gimnasia o similar emplea una colchoneta, una alfombra o una esterilla en un lugar limpio, ordenado y tranquilo, es decir, comienza apagando la televisión, el móvil y demás dispositivos electrónicos.
Lo más importante no es realizar poses increíbles, ejercicios muy difíciles o ganar una “competición” sino que te ejercites regularmente con constancia y paciencia. Se trata de crear un hábito de vida sana más que machacarse durante un par de días, entrenar muy duro y luego, abandonar.
En todo caso, practica ejercicio físico y deportes un mínimo de tres días a la semana, establece un horario y ritmo que se adapte a ti y a tus circunstancias y ejercítate con una intensidad tal que te haga sudar y respirar más rápido de lo habitual pero, aún así, que te permita hablar.
Comienza con ejercicios de calentamiento y estiramientos, así evitarás lesiones.
Si te sientes mal, te falta el aliento, estás mareado o aparece algún dolor, ¡detente inmediatamente! y consulta a tu médico o a algún profesional.
Existen muchos deportes y actividades al aire libre: natación, baile, atletismo, ciclismo, gimnasia, pilates, etc.
¡Pasa un buen rato! Elige el deporte o actividad física que más te guste y disfruta mientras lo practicas. ¿Cómo? Escucha música, audiolibros, podcasts o la radio mientras te ejercitas. Trata de no hacerlo solo sino acompañado de amigos, compañeros de trabajo, familiares o vecinos. Motívate proponiéndote metas efectivas y realistas.