Perdón

Perdonar no es aprobar, disculpar, negar o justificar comportamientos negativos o improcedentes, es decir, lo que sucedió. Es elegir la paz y no el conflicto, construir puentes y no levantar más muros, liberarte de lo que te hace daño y poner toda tu atención en crear un futuro más bello y humano, una nueva vida llena de amor, responsabilidad y plenitud, Anawim, #justtothepoint.

Vivir con resentimiento es como beber veneno y esperar que la otra persona muera, Nelson Mandela.

La venganza destruye tanto a la víctima como a quien la ejerce. También arruina relaciones e, incluso, causa daño a aquellas personas que no estaban involucradas inicialmente.Perdona a tu pareja, especialmente cuando está sinceramente arrepentido/a, dispuesto a cambiar y a solucionar el problema.

Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: ― Aquel de entre vosotros que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, Jn 8:7.

Todos tenemos defectos y debilidades. Todos cometemos errores, metemos la pata hasta el fondo y nos equivocamos. Cuando te equivoques, admítelo, acepta tu error, aprende de él, perdónate y, finalmente, déjalo ir.

La vida es corta, imprevisible y caótica, nadie es perfecto y todos nos hacemos daño. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar a los demás cuando nosotros mismos estamos plagados de defectos y miserias? Muy al contrario, necesitamos perdonarnos con humildad, compasión y generosidad los unos a los otros para juntos aprender y crecer, superar las dificultades, seguir hacia adelante y ser plenamente felices.

El perdón proporciona una ventana de oportunidad para el arrepentimiento y la restauración de una relación rota. Perdonar no es aprobar, pero abre la puerta para animar al cambio, para aceptar los errores, aprender de ellos para hacernos mejores, y seguir hacia adelante juntos en armonía y amor.

El perdón es también el mejor regalo que puedes hacerte. Siempre debes perdonar o, al menos, olvidar. Incluso en aquellos casos que realmente han sido muy dolorosos e, incluso, traumáticos, en los que te han ofendido, ridiculizado, traicionado, maltratado o abusado, en los que te has sentido menospreciado, en los que algo muy dentro de ti ha sido roto o violado, en donde te pillaron desprevenido y te has sentido confundido, deprimido o aterrorizado; en cualquier caso, perdona.

Este no es un camino, es el único camino, porque la venganza, retribución, odio y violencia solo generan más venganza, odio y violencia en un ciclo sin fin, autodestructivo y vicioso donde no hay ganadores ni esperanza de resolución, solo perdedores, más dolor y miseria.

El perdón trae consigo la paz interior, el bienestar, la salud emocional y la felicidad. Solo así conseguirás iniciar el largo proceso de cicatrizar y sanar tus cicatrices y heridas aunque permanezcan contigo para el resto de tu vida.

Olvídate de estas terribles experiencias y abandona las emociones negativas que te traen consigo. ¡Necesitas deshacerte de este terrible equipage psicológico! Este es el momento adecuado para dejar que la amargura, el odio y la ira se marchen bien lejos porque aferrarse a ellas es una lucha inútil, contraproducente y sin sentido. Cuando el recuerdo de esas experiencias negativas se rumia y regurgita una y otra vez, solo te causará depresión y ansiedad, te hundirá en la más triste miseria. ¡Te está haciendo daño! ¡Literalmente te está matando!

Pasa página (no puedes cambiar el pasado de todos modos) y centra tu atención hacia el futuro. Simplemente cree en ti y en la belleza de tus sueños y concéntrate en el éxito, en aprender y crecer, en ser más eficiente y productivo. Crea un nuevo futuro, una nueva realidad haciendo lo que amas, esforzándote, trabajando duro y aprendiendo de tus errores y contratiempos del pasado.