Érase una gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día. Aún con tanta ganancia, mal contento, quiso el rico avariento descubrir de una vez la mina de oro, y hallar en menos tiempo más tesoro. Matóla, abrióla el vientre de contado; pero, después de haberla registrado, ¿qué sucedió? Que, muerta la gallina, perdió su huevo de oro, y no halló la ansiada mina”, Félix María Serafín Sánchez de Samaniego, disponible la versión completa en www.poemasde.net o en es.wikisource.org.
Por supuesto quien no conoce que esta fábula enseña que la avaricia rompe el saco. Sin embargo, su alcance es mucho mayor. Todos tenemos una serie de recursos (salud, relaciones personales, dinero, etc.) y buscamos producir y obtener una serie de ganancias: conseguir un determinado empleo, ascender profesionalmente, comprar una casa o un coche…
Quiero que mires a tu alrededor: ¿Cuántas veces has visto a algún compañero dejarse la piel y la salud en “el currelo” para ganarse a sus superiores y conseguir un ascenso o un aumento de sueldo (a veces, el típico trepa hace cualquier cosa, incluso a costa de otros empleados)? ¿Cuántos sacrifican su familia y amigos por su carrera académica o profesional? ¿Cuántas personas se hipotecan para toda la vida para conseguir la casa de sus sueños?
La moraleja de la fábula es clara: no mates la gallina de oro. No debemos dejarnos cegar por nuestros objetivos (carrera profesional, ascenso salarial, estatus, bienes materiales, etc.) y menospreciar nuestros recursos: salud, familia, amigos, recursos económicos, etc. Debemos cuidar la gallina de oro y “esperar” pacientemente a que “en su tiempo” produzca.
En otras palabras, es importante apreciar la gallina. Debemos trabajar por nuestros activos: procurar mantener una vida sana, invertir en tiempo de calidad con nuestros amigos y familiares, no dilapidar nuestra economía doméstica en deudas e hipotecas que se escapan a nuestras posibilidades reales, etc.
Por otra parte, ¿quieres cambiar el mundo? Empieza por ti mismo, asegurate de mejorar tu estilo de vida. Considera que para ser más productivo y poder ayudar a los demás, lo primero que necesitas es la salud de un toro.
Pudieran parecer ideas divergentes, pero, en realidad, convergen en lo mismo.
Necesitamos cambiar nuestro “estilo de vida” agobiado, súper ocupado y sedentario, por otro más sano y equilibrado para así ser más productivos, incrementar nuestras opciones de tener éxito en la vida, poder ayudar a los demás y ser parte del cambio a una sociedad más humana y solidaria.
En conclusión, la salud es el recurso básico que nos va a permitir ser felices, disfrutar de la vida, alcanzar nuestro verdadero potencial y ayudar a los demás.