Qué es un maestro? No es alguien que enseña algo, pero alguien que inspira al estudiante a dar lo mejor de sí mismo para descubrir un conocimiento que ya tenía dentro de su alma, Paulo Coelho.
¿Te enfrentas a dificultades, obstáculos y a tus propios errores? Aprende a pedir ayuda y, cuando te asistan, se agradecido. Una de las formas más efectivas de obtener ayuda es contar con un mentor que nos guíe y acompañe en el camino.
El problema es ¿quien? y ¿cómo? Debe ser alguien que pueda orientarte sobre tus problemas, tu carrera profesional, etc. Una persona con la que puedes conversar y en la que confías tanto en su criterio certero como en su buena fe. Para encontrarlo sigue estas pautas o criterios:
Identifica a las personas que conoces y admiras, aquellos que tienen las capacidades y competencias que anhelas, que han sido capaces de superar numerosos obstáculos y dificultades y, en consecuencia, cuentan con una experiencia acumulada de muchos años que te puede resultar de gran valía.
Pueden ser familiares más o menos cercanos (padre, madre, marido o esposa, hermano/a mayor, suegro/a, tío/a …), personas de tu Iglesia (catequista, sacerdote, pastor, …), empresa (compañeros de trabajo, jefe), profesores, amigos, mentores profesionales, etc.
También puedes considerar escuchar e imitar a personas que si bien no te son accesibles y no puedes establecer una comunicación directa e interpersonal con ellos, sí te sirven como modelos y referentes válidos y, aun con las obvias limitaciones, aprender de ellos.
Y cuándo lo encuentres… Invítale a un café o a una comida “de trabajo” y pídele que sea tu mentor con tacto, seriedad y procurando decirle lo que esperas de la relación: ¡No le hagas perder el tiempo divagando y yéndote por las ramas! Todo lo contrario, ofrécele un plan concreto para implementarlo, por ejemplo, la frecuencia y la duración de los encuentros que quieras establecer, qué temas vais a abordar, objetivos…
No asumas un modo “estándar”, por ejemplo, que precisas reuniones cara a cara con una determinada dinámica (típica reunión seria sobre un tema o problema), frecuencia (semanal, quincenal, mensual, etc.) y duración (media, una o dos horas).
Puede ser perfectamente válido relaciones por correo electrónico o teléfono; a veces, basta con solo una o dos reuniones para que te inspire, aporte su conocimiento y experiencia sobre un determinado tema o sobre el problema al que te enfrentas; y aún, otras veces, podría convenir utilizar varios mentores que te faciliten ese apoyo y guía que necesitas y así no cansas o molestas a un solo recurso.
También le puedes “exponer” o presentar una determinada ponencia (tesina, tesis de licenciatura), un trabajo académico o proyecto, etc. Otra idea sería compartir con el mentor tus proyectos o problemas, las soluciones que has planteado, cómo vas ejecutando dichas estrategias, etc., para que así te diga lo que va observando y te proponga las sugerencias e ideas que considere pertinentes.