No necesitas cepillarte los dientes, tan solo los que quieras mantener.
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El diente está compuesto por tejidos mineralizados que le otorgan su dureza. El ser humano desarrolla dos conjuntos de dientes: los de “leche” y los dientes permanentes. (Wikipedia, “Diente”).
Cepíllate los dientes después de las comidas y, al menos, dos veces al día.
Visita a tu dentista, como mínimo, dos veces al año.
Evita el alcohol, el tabaco, dulces, chucherías y refrescos (bebidas azucaradas y gaseosas).
No te hagas un piercing o ninguna perforación “estética” sobre los labios, lengua, ni en ninguna otra parte de la boca. Muchos aseguran que los piercings son una forma de expresarse como un individuo, ser más atractivo, etc., pero pueden ser peligrosos.
Tu boca está llena de bacterias. Un piercing es, en realidad, una herida abierta y si las bacterias entran en estas perforaciones, puedes terminar con una infección e inflamación del piercing.
Bibliografía: Colgate Kids