El amor es una sola alma que habita en dos cuerpos, Aristóteles.
El amor es nuestro verdadero destino. No encontramos el sentido de la vida por nuestra cuenta, lo encontramos junto a alguien, Thomas Merton.
El amor es una cosa preciosa y delicada. El amor es encontrar la rosa entre las espinas, la joya entre los abalorios, la estrella radiante en la inmensa oscuridad. El amor hace que la vida merezca la pena, sea hermosa e, incluso, mágica. El amor es raro pero es lo más real que existe entre tantas mentiras (medios de “des-comunicación” de masas, redes sociales, publicidad y propaganda). Es disfrutar juntos de las cosas sencillas y pequeñas, saber que hay alguien que estará a tu lado siempre apoyándote y amándote, pase lo que pase.
Y, sin embargo, las relaciones rotas van en aumento, cada vez más personas se sienten solas, infelices, desconectadas de los demás y llevan vidas vacías de significado y felicidad. La gran pregunta es por qué. ¿Qué estamos haciendo mal?
Cuando inicias una relación de pareja considera que te mueve en dicha relación:
Normalmente, en cualquier relación, ambos miembros de la pareja se sienten atraídos por lo que el otro tiene y hace. Esta atracción es natural, lógica y puede ser el preámbulo de una larga, feliz y estable relación. Sin embargo, muchas parejas se paran aquí y no profundizan más, se sienten muy atraídos por lo que ven y olvidan que lo más importante está en el corazón, en los sentimientos más profundos de respeto, fidelidad, ternura y amor.
El amor se muestra en el trabajo diario, oscuro y sacrificado de un padre por mantener a su familia, en la ternura de una madre, en los pequeños detalles del día a día que pueden pasar desapercibidos por los demás, en la sonrisa acogedora, en una palabra de aliento o en la escucha activa a alguien que necesita hablar.Busca a alguien que ame a tu verdadero yo, lo que realmente eres y todo lo que eres, lo bueno, lo malo y lo feo y desagradable, no solo lo que hagas o tengas en este preciso momento.