¡Sigue hacia adelante!

La verdad es que, a menos que lo dejes ir, te perdones a ti mismo, olvides la situación, te des cuenta de que todo ha acabado, no podrás continuar y marchar hacia adelante, Steve Maraboli.

Así que antes de consumirte pensando en tus fracasos, errores y reveses de la vida, criticándote, rumiando tus problemas y mala suerte una y otra vez, trata de relajarte y controlar tus emociones. Olvida los “y si…”, pon la situación en perspectiva, céntrate en lo que puedes controlar y cambiar, y mira hacia adelante. Veamos algunos ejemplos:

• Si tu trabajo es demasiado estresante, difícil, aburrido o la paga no es la que te mereces, debes mejorar tu educación y formación y/o buscar y conseguir un nuevo empleo antes de marcharte. Sin embargo, si no puedes estar en el trabajo que amas, ama el trabajo en el que estás o la forma en que desempeñas tu trabajo.

Si a nivel laboral tienes muchos problemas, estrés y preocupaciones, pero el resto de tu vida (salud, amigos, pareja, hijos, situación económica, etc.) marcha bien, relativiza tu situación considerando que eres un ser multidimensional, agradece lo que tienes, se feliz con lo que eres, acepta la amarga verdad de que la vida es dura, una lucha incesante; y sigue hacia adelante con optimismo.

Deja de quejarte amarga y constantemente de lo mal que está el trabajo. Solo conseguirás empeorar las cosas, tú y los que te rodean os sentiréis cada vez más infelices, estresados y enfadados.

No te culpabilices y céntrate en lo que puedes hacer al respecto: gana dinero extra en tu tiempo libre; gasta menos de lo que ganas, vive conforme a tus posibilidades y no te endeudes; adopta un estilo de vida más minimalista y aprende a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida; mejora tus cualificaciones y competencias profesionales para tener más opciones de encontrar un empleo mejor.

Así que en lugar de protestar y lamentarte de tu situación laboral, se agradecido; en medio de la Gran Recesión, tienes un empleo y, quizás, uno estable. Muchos no tienen tanta suerte como tú. Valora y agradece lo que tienes. La gratitud es el mejor antídoto contra la frustración y nos hace más resilientes.

Soluciona lo que puedas y busca a alguien con quien hablar, que te pueda ayudar y aconsejar: un mentor, un psicólogo, un buen amigo, un líder espiritual, etc

Disfruta de la vida: Sal con tus amigos; practica deportes y actividades al aire libre; lee un buen libro, ve de compras, realiza tus hobbies favoritos, asiste a eventos deportivos, culturales o de ocio; únete a un club, asociación, ONG, o iglesia; viaja, aprende algo nuevo que pueda ayudarte a adquirir una nueva habilidad o competencia, desafíate a ti mismo para probar algo diferente y esfuérzate un poco más.

Establece cierta distancia emocional con tu trabajo. ¡Si tienes un trabajo miserable, no significa necesariamente que tienes que tener una vida miserable, estar amargado y deprimido!

• Si estás en el paro, puedes amargarte por la crisis económica, la corrupción de los políticos, el sesgo de los medios de comunicación y la falta de oportunidades. A lo mejor, estás tentado de perder el tiempo viendo la televisión, navegando por las redes sociales, jugando a videojuegos o apostando; incluso puedes bajar los brazos y empezar a coger peso, descuidar tu imagen y la higiene personal, consumir drogas o alcohol.

Conviene, sin embargo, intentar ampliar tus horizontes sin bajar la guardia en tus puntos fuertes. Busca nuevas posibilidades, revisa tus capacidades, aptitudes y conocimientos y rellena los huecos. Quizás, podrías formarte y adquirir nuevas competencias o complementar tu formación con lo que sabes que demanda el mercado laboral respecto a tu perfil profesional. Pregúntate sinceramente: ¿Es el momento del autoempleo, de un cambio dramático en tu carrera profesional o, incluso, emigrar a otro país en busca de nuevas oportunidades y horizontes (preferiblemente a uno donde puedas aprender un nuevo idioma o perfeccionarlo para que mejore tu curriculum vitae)?

No vayas nunca de sobrado. Piensa y pondera detenidamente antes de decir que no ante cualquier oferta que te salga aunque no cumpla tus expectativas o las condiciones sean peores que el empleo que tuviste previamente. Si estás trabajando estarás activo, mejorará probablemente tu autoestima y competencia, te relacionarás con gente y otras compañías y te resultará siempre más fácil saltar a un trabajo mejor que si te encuentras parado. Muchos piensan que “los buenos siguen trabajando”, “tus habilidades y competencias se deterioran después de un largo período de inactividad,” y “no eres tan fiable en una entrevista, ya que dirás cualquier cosa para conseguir un trabajo porque necesitas el dinero.”

• Si estás enfermo, lo primero es, por supuesto, acudir al médico o al especialista y seguir escrupulosamente sus consejos e indicaciones.

Trata de ganar esas horas de dolor y aburrimiento disfrutando de algún hobby o, mejor aún, haciendo y aprendiendo cosas nuevas que no solo te distraigan, sino que te ayuden a reducir el estrés, a mantener tu mente ocupada y a adquirir y/o practicar nuevas habilidades y destrezas que sean importantes y necesarias para adquirir tus metas personales y profesionales.

Sobretodo y, esto es fundamental, nunca dejes a la loca de la casa vagar por ti como un caballo desbocado, es decir, no dejes cavilar demasiado a tu cabeza parlanchina. Además, en tiempo de crisis, no mudas, es decir, en momentos difíciles no es el momento de tomar grandes decisiones ni de darle muchas vueltas al tarro.

Por ejemplo, algunas ideas serían las siguientes: escucha podcast y audiolibros; ve vídeos educativos o películas y series en otros idiomas; lee un buen libro; deja a punto tu ordenador: actualiza el hardware, formatea el disco duro, reinstala el sistema operativo y las aplicaciones si el equipo va lento, se bloquea o necesitas actualizarlo (asegúrate de realizar un backup previo); pásate a GNU/Linux y al software libre; ordena tus cosas y documentos digitales; haz una copia de seguridad del ordenador. Escucha música; haz crucigramas, sopas de letras, rompecabezas y juega al ajedrez para mantener tu mente ágil y activa; aprovecha las redes sociales para ampliar tu círculo de amigos, mejora tu seguridad y privacidad online, etc.

Conviene repetir que la clave es siempre aceptar, olvidar, y dejar marchar lo que no tiene remedio y centrarnos en lo que podemos cambiar y controlar: “No podemos cambiar las cartas que nos han tocado, solo decidir cómo vamos a jugar la mano,” decía Randy Pausch, un profesor universitario en su última lección.

Aunque le habían diagnosticado un cáncer terminal de páncreas, con una esperanza de vida de menos de un año, no quiso venirse abajo, sentir lástima de sí mismo, hundirse en la miseria y amargar a los que le rodeaban: “Si no parezco tan enfermo o deprimido como debería dadas mis circunstancias, siento decepcionaros”. Mostrando un gran sentido común y un optimismo radiante, casi imposible de creer (“No sé cómo no divertirme. Me estoy muriendo y voy a seguir divirtiéndome hasta el último día”), enseñó brillantemente sobre:

Éxito.

Las paredes están por una razón. Las paredes no están para dejarnos afuera, sino que están para brindarnos una oportunidad de mostrar cuánto queremos algo. Porque las paredes están ahí para detener a la gente que no lo desea lo suficiente. Están para frenar a las otras personas.

Amor.

Gratitud.

Mostrar gratitud es una de las cosas más simples pero más poderosas que puede hacer una persona por los demás.

Y, sobre todo, acerca de la vida y la muerte.

La pregunta clave que debemos siempre seguir planteándonos es: ¿Estamos empleando nuestro tiempo en las cosas que realmente son importantes? Porque el tiempo es todo lo que tenemos.

Con muy buen humor, exprimió su vida con avaricia, luchó contra la enfermedad con todas sus fuerzas, cuidó a su familia y fue útil a la sociedad con su ejemplar testimonio y su famoso discurso. También, acudió al congreso americano y defendió la necesidad de recaudar más fondos para la investigación en la cura del cáncer de páncreas.