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Obediencia ciega y conformidad.

Lo que más duele a la víctima no es la crueldad del opresor, sino el silencio del espectador, Elie Wiesel

Lo opuesto al amor no es el odio, es la indiferencia. Lo opuesto al arte no es la fealdad, es la indiferencia. Lo opuesto a la fe no es la herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, es la indiferencia, Elie Wiesel

¿Por qué los viandantes a menudo se paran y se quedan mirando en lugar de ayudar a la víctima? Resulta que este es un fenómeno psicológico bien documentado. Un estudio muy interesante fue el propuesto por Darley y Batson (1973), From Jerusalem to Jericho: A study of situational and dispositional variables in helping behavior. Estos autores realizaron un experimento inspirado en la parábola del buen samaritano.

El Buen Samaritano

El Buen Samaritano

Bajaba un hombre de Jerusalén y cayó en manos de salteadores que después de robarle y golpearlo se fueron dejándolo medio muerto. Un sacerdote que pasaba casualmente, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita (teólogo) que pasaba por aquel sitio, le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó hasta él y al verle, sintió compasión; acercándose, vendó sus heridas, echó en ellas vino y aceite; y montándole sobre su cabalgadura le llevó a una posada y cuido de él, La parábola del buen samaritano, Lucas 10:30-37.

Se realizó con un grupo de seminaristas a los que se les envío a dar una presentación sobre dos temas: (a) Condición de ayuda, la parábola del buen samaritano; (b) Condición orientada a la tarea, salidas profesionales para los seminaristas. A un grupo se les dijo que iban tarde y al otro que les quedaban todavía unos pocos minutos pero que deberían ir directamente. En el camino se encuentran a un hombre que se desploma en la calle y que necesita ayuda.

Los autores demuestran que una persona sin prisa puede parar y ofrecer ayuda a una persona afligida. En cambio, una persona con prisa, probablemente, seguirá su camino. ¡Irónicamente, pasará de largo incluso aunque la razón sea que tenga que dar una charla sobre la parábola del buen samaritano!, lo que increíblemente confirma la parábola.

No hay diferencias entre los que iban a dar charlas sobre la parábola o aquellos que iban a realizarlas respecto a un tema no relevante desde la perspectiva de ayuda.

Más aún, las variables de personalidad y orientación religiosa, a saber, orientación intrínseca (propia de las personas que tienen una fe más sincera, interiorizada y madura), extrínseca (definida como la orientación de aquellos individuos que encuentran la religión útil por proveerles de seguridad, consuelo, distracción, estatus y auto justificación) o de búsqueda (grado en que la religión individual implica un diálogo abierto y dinámico a las grandes preguntas existenciales que surgen en las contradicciones y tragedias de la vida), no predecían si una persona ayudaría a la víctima o no.

Por supuesto, existen muchos más factores: características de la víctima (sexo, grupo étnico, ser atractivo, olor corporal), del testigo (edad, estado de humor, género) y de la situación (ambigüedad de la situación, número de personas), parentesco o afiliación con la víctima, una persona modelo que esté ya ayudando, capacidad de empatía y solidaridad del testigo, etc.

¡Los resultados son increíbles! Entonces, ¿Qué hacemos?

Nos olvidamos del estrés y las prisas

Nos olvidamos del estrés y las prisas

Nos aferramos a los recuerdos y las palabras vacías y grandilocuentes como si nos definieran, pero no es así. Lo que hacemos es lo que nos define, nuestras acciones y decisiones nos moldean. Debería ya saberlo, Anawim, # justtothepoint

Evita el efecto espectador

Evita el efecto espectador

Solicita ayuda a alguien en concreto

Solicita ayuda a alguien en concreto

En la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en el título nueve de la omisión del deber de socorro, en su artículo 195 se afirma: “El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio ajeno”.

Considera que la legislación exige a los ciudadanos prestar socorro y auxilio

Considera que la legislación exige a los ciudadanos prestar socorro y auxilio

Sin embargo, la ley jamás será tu peor castigo sino tu conciencia. Para ser feliz es imprescindible tener la conciencia limpia, ser íntegro, generoso, tener compasión y solidaridad con nuestros semejantes.

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