Da tiempo al tiempo.

El tiempo cura casi todo. Da tiempo al tiempo, Regina Brett.

Date tiempo cuando estés mal y cuando te recuperes, no tengas miedo a perder y a equivocarte otra vez. ¡Sí!, otra vez y mil veces más, pues todos perdemos, todos nos equivocamos, a todos nos rompieron el corazón pero… prefiero perder que ser un cobarde que no intenta ser lo mejor que puedo llegar a ser, aquello que estoy llamado a ser. Prefiero equivocarme setenta veces siete, que no estar siempre en lo cierto haciendo y construyendo menos que nada, criticando a los demás y dando por donde amargan los pepinos, donde las avispas muestran su gracia. Prefiero que me rompas el corazón y tenerlo repleto de agujeritos que tenerlo vacío o sin usar pues quiero aprender, mejorar y agarrar el meollo de la vida y morir sabiendo que no dejé nada para el mañana, Anawim, #justtothepoint.

Te planteo, en este momento, que pares y te pongas en mi pellejo hace ya veinte años. Tienes veintidós añitos y te detectan cáncer. ¿Qué harías?

Por supuesto, después de todo lo que te he comentado, responderás, querido lector, que te centrarías en las soluciones. Dirás que seguirías escrupulosamente todos los consejos e indicaciones de los doctores y pensarías con optimismo que todo va a salir bien. Buscarías la ayuda y el apoyo de tus seres queridos y amigos, así como, distraerte, disfrutar de la vida y no dejarías a la loca de la casa (cabeza) hacer de las suyas pensando más de lo que conviene.

Efectivamente, pero también tienes quedarte tiempo para estar mal, para llorar, quejarte y lamentarte. Somos seres humanos, no máquinas y, como tales, tenemos defectos y limitaciones, momentos altos y bajos y necesitamos tiempo para integrar los sucesos de la vida, especialmente los más dolorosos y difíciles.

Y, sin embargo, es importante reconocer que debes limitar este tiempo. Tarde o temprano debes aceptar lo que te ha sucedido, tu realidad, tomar responsabilidad en tu vida, aprender a vivir con ello, sobrellevarlo con ánimo y madurez, y seguir hacia adelante.

De nada sirve continuar quejándote de lo que te ha pasado, de que todo te tiene que pasar a ti, de tu mala suerte, de lo que has perdido, etc. Solo conseguirás estar más triste, ansioso, frustrado, amargarte a ti y a los que te rodean, en un ciclo negativo e infinito de auto destrucción, sabotaje y victimización que solo conduce a hundirte más, a reducir tus posibilidades de salir del hoyo. Así solo cabe esperar que tus profecías autocumplidas se hagan realidad, alejar a los demás y alienarte en tu pena y soledad.

Además, observa cómo das consejos a alguien que lo está pasando realmente mal, que se está quejando amargamente de sus problemas y circunstancias.

No lo sermonees: “busca alternativas”; “céntrate en las soluciones, no en los problemas, en qué puedes hacer para darle la vuelta a la tortilla”; “interpreta lo que te está pasando como oportunidades para crecer y superarte”; etc. Incluso puedes estar tentado a criticarlo: “No es para tanto, todo tiene solución menos la muerte.” “No te servirá de nada esa actitud, es contraproducente. Solo conseguirás hundirte cada vez más en la miseria, hacer tu vida y la de los que te rodean aún más dura y desagradable.” “A todos nos ha pasado y aquí seguimos, vivos y coleando, a pesar de ello.”

Te aconsejo que, antes de hablar, te pares y pienses. Conviene primero escuchar activa y empáticamente a la persona que está luchando contra la adversidad y sufriendo. Seguramente no conocemos realmente lo profundo, el alcance y lo difícil de su situación y cómo estaríamos nosotros en una realidad similar, lo que en Cádiz, tacita de plata, se conoce como “el que la lleva, la entiende.”

En numerosas ocasiones, es mucho más apropiado y útil una aproximación donde escuchamos más, hablamos menos y somos más empáticos: “¡Hay que ver todo lo que te está pasando!”, “¡Demasiado bien lo estás llevando!”, “¡Yo no sé lo que haría en una situación similar, seguramente lo llevaría mucho peor!”

Entonces, solo entonces, podrías añadir: “Quizás, deberías intentar, poco a poco, centrarte más en ideas y estrategias para ayudarte a lidiar mejor con tu realidad.” “Tienes que hacer por pensar menos y distraerte, ¿por qué no te vienes con nosotros este sábado a la playa/de marcha/a jugar al futbol? Y así piensas menos en todo esto y aceleras el proceso de recuperación.”