Hay muchas razones por las que el hambre y la pobreza en el mundo no solo persisten, sino que continúan aumentando en la actualidad:
La deuda del tercer mundo debe ser cancelada: “En primer lugar, muchos gobiernos aunque quieren gastar más dinero en la reducción de la pobreza, precisan utilizarlo para el pago de la deuda. En segundo lugar, esos prestamos se dieron a dictadores o regímenes opresivos y, por tanto, estos son los verdaderos responsables de sus acciones, no las personas que viven en los países de esos regímenes opresores. […] Además, muchos prestamistas sabían que una gran proporción del dinero en algún momento era robado y desviado a través de la corrupción. […] Muchas de las deudas fueron también firmadas con cláusulas abusivas”, Jubilee Debt Campaign y Debt of developing countries.
La guerra mata de hambre y el hambre provoca conflictos. “Seis de cada diez personas en el mundo viven en zonas de conflicto. La amplia mayoría de los niños y niñas desnutridos (122 de 155 millones) lo están por la guerra”, Acción contra el hambre. La guerra destruye las tierra de cultivo, impulsa el desplazamiento masivo de la población y aumenta el riesgo de desnutrición aguda.
La falta de escolarización y una educación inadecuada e insuficiente. “Reconocemos que la pobreza y la falta de una educación adecuada, que a menudo son los efectos del subdesarrollo, son las principales causas del hambre y la desnutrición”, 1992 International Conference on Nutrition.
Una cultura económica egoísta y codiciosa que solo busca la gratificación inmediata, aquí y ahora. El “yo” es el centro absoluto, con el mantra “porque yo lo valgo, lo quiero todo y lo quiero ahora”. Mentalidad hedonista y materialista obsesionada con maximizar las ganancias a corto plazo en lugar de la búsqueda de un crecimiento sostenible a largo plazo y que realmente no le importa el impacto ambiental y humano de sus acciones.
Los desastres naturales. Son cada vez más frecuentes y severos. Se ven agravados por el cambio climático y afectan de manera desproporcionada a los países más pobres.
Especulación de los mercados financieros sobre los precios de los alimentos. Es inmoral y obsceno sacar provecho del hambre y, sin embargo, es una triste realidad.
Otros: el racismo y la discriminación (“Ser discriminado en la escuela, en el trabajo, en el centro sanitario, etc. se traduce en salarios más bajos y exclusión de la sociedad. Cuando los empleadores discriminan, las personas de color acceden a trabajos peor remunerados que los demás. Cuando los médicos y enfermeras discriminan, las personas de color no obtienen la atención médica que necesitan, y cuando los tribunales y la policía son parciales, es más probable que pongan a los miembros de nuestras familias entre rejas, lo que en conjunto reduce sus posibilidades de estabilidad económica,” Feeding America), el abuso de drogas, costo sanitario excesivo, el divorcio y los padres que abandonan a sus familias produciendo familias desectructuradas, desempleo, embarazo temprano entre las adolescentes, etc.