10. La chicha de la supervivencia.


10.1 Decidir tu vocación.

10.2 Sobre el amor y la amistad.

10.3 Los mantras del éxito.

10.4 La vida en movilidad.

10.5 ¡El equipo ha muerto! ¿Qué hago?

10.1 Decidir tu vocación.

Para decidir tu vocación debes considerar detenidamente tres elementos:

* Lo que te gustaría ser, tus sueños e ilusiones más profundas, aquello que realmente te gusta, anima y llena.

* Aquello en lo que destacas, en lo que eres realmente bueno, en lo que muestras lo mejor de ti mismo, tus capacidades y aptitudes.

* Lo que el mercado de trabajo demanda y necesita y, sobre todo, lo que tendrá futuro cuando termines tus estudios, cuales son las exigencias y perfiles del mercado laboral: conocimiento en tecnología, capacidad de adaptarse a los cambios, idiomas, liderazgo, etc.

En principio, tu vocación, lo que realmente es tu futuro debería caer en la intersección de los tres conjuntos. Debe ser algo que realmente te guste y apasione, pues así, a pesar de las dificultades, podrás primero estudiar y luego trabajar más y mejor. Olvídate de opciones que realmente no te gustan. ¿Cuántos han empezado los estudios que sus padres les habían inculcado y luego los han abandonado?

Piensa en GRANDE, se positivo y optimista con trabajo, dedicación y esfuerzo puedes llegar muy lejos.

Pero también, debes saber cuáles son tus limitaciones y posibilidades. Cada uno de nosotros tiene grandes talentos y otras áreas donde nos será más difícil destacar. Conocerte y ser sincero contigo mismo es básico para llegar lejos. Busca, por tanto, tus puntos fuertes, tus potencialidades, aquello en lo que crees que puedes competir con ventaja.

Finalmente, debes considerar el mercado laboral. Se trata realmente de un mercado con una oferta (el Estado con las oposiciones públicas y los empresarios, incluso tú mismo si buscas autoempleo) y una demanda (todos los que buscan empleo). Seguro que muchos quisieran ser futbolistas del F.C. Barcelona o el Real Madrid , modelos de alta costura, notarios o artistas de cine. Se consideran trabajos no demasiado exigentes y muy bien remunerados. Sin embargo, pocos quieren repartir publicidad, trabajar en locales de comida rápida, ser cuidadores de mayores, jornaleros, obreros en la construcción, mecánicos, etc. Este tercer pilar en la búsqueda de la vocación no debes ni despreciarlo ni sobrevalorarlo, como casi todo en la vida toca ponderarlo en su justa medida.

Los trabajos más demandados son aquellos donde la calidad de trabajo es razonablemente buena, es decir, se trabaja en unos límites moderados de estrés, un número razonable de horas y se recibe una buena o muy buena remuneración. No obstante, dichos trabajos requerirán normalmente un esfuerzo inicial mucho mayor por tu parte para poder acceder a ellos y, en ciertos casos, ser afortunado. Conocer bien que te van a suponer es muy importante porque antes de decidir debes ver y juzgar que opciones hay disponibles y que implica cada una: estudios, años de oposiciones, idiomas, etc.

Decidir tu vocación pasa por saber lo que realmente tú quieres ser, que esté conforme a tus verdaderas posibilidades y a la demanda del mercado laboral, discernir objetivamente que esfuerzos te exigen hoy, cuáles son los pasos concretos que debes realizar para conseguir tu meta, así como, comprometerte a dicha tarea.


Cuando encuentres dificultades, piensa que el fracaso y la dificultad:

* Sirven para aprender, te dan experiencia.

* Nunca abandones, no pierdas la fe.

* Las paredes están por una razón: recordarte lo mucho que deseas algo y desanimar a los demás. Randy Pausch, Achieving your Childhood dreams, consiguiendo los sueños de tu infancia.

* Te permiten centrarte en lo básico, lo esencial.

* Lo puedes superar trabajando duro con constancia y paciencia.

* Te desnudan de tu soberbia o autosuficiencia y te invitan a buscar ayuda, aprender a trabajar en equipo, reconocer tus errores, ¡aprender de ellos! y mejorar.

¿Aprendes o tropiezas de nuevo?

Es importante tener en cuenta que nuestra vocación o proyecto de vida debe ayudarnos a ser felices. El dinero, la fama, el prestigio,… nos ayudan y gratifican, pero sólo serás feliz cuando hagas felices a los demás. ¡Procura vivir tu vocación como servicio a los demás!

Finalmente, tomamos una referencia de Steve Jobs en su discurso en Stanford: “Vivid como si hoy fuera el último día de vuestra vida, algún día acertaréis”. La muerte nos desnuda de nuestras apariencias, expectativas, orgullo, etc. Ante ella somos todos iguales y esta perspectiva puede ayudarnos a:

* Vivir con intensidad cada momento, saber disfrutar de las pequeñas cosas, no “perder” el tiempo.

* No creernos demasiado, tener los pies en el suelo, saber aceptar nuestras limitaciones.

* Tomar las decisiones sin demasiado miedo: no tenemos mucho que perder ante la mirada lasciva de la muerte.

No lo tengo yo tan claro, sobre todo, con el malfario del tipo ese que me da un mal rollito.


10.2 Sobre el amor y la amistad.

Cuando inicias una relación de pareja considera que te mueve en dicha relación:

* ¿Lo que tiene? Mi chico o chica tiene unos preciosos ojos verdes, un cuerpo bonito, un coche fantástico, es alto, atractivo, un buen trabajo, estudios, etc.

* ¿Lo que hace? Mi chico o chica toca la guitarra como nadie, sabe hacerme reír, es la reina de la disco cuando baila o el alma de la fiesta, …

* ¿Lo que es? Mi chico o chica es buena gente, amable, sencillo, generoso, inteligente, paciente, sincero, …

Normalmente, en cualquier relación ambos miembros de la pareja se encuentran atraídos por lo que el otro tiene y hace. Esta atracción es natural, lógica y puede ser el preámbulo de una larga y estable relación. Sin embargo, muchas parejas se paran aquí y no profundizan más, se sienten muy atraídos por lo que se ve y olvidan que lo más importante está en el corazón, en el más profundo y verdadero sentimiento del ser humano, al que hemos llamado amor. Decía El Principito en la famosa novela de Saint-Exupéry que “lo esencial es invisible a los ojos”.

El amor se muestra en la mirada amorosa de un padre, en la ternura de una madre, en los pequeños detalles del día a día que pueden pasar desapercibidos, en la alegría, el perdón, la esperanza, la confianza en el otro, etc.

“El amor es paciente, servicial; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injustica, se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.” 1 Cor. 13, 4-7.

¿Cómo conseguir esta relación?

* Necesitarás una relación llena de diálogo. La comunicación debe ser fluida, sincera, constante, profunda, abarcar todas nuestras aspiraciones, intereses, preocupaciones, miedos, etc. El diálogo requiere de tiempo para ir abriendo nuestros corazones al otro y de interés por escuchar, estar atento a lo que el otro quiere decirnos.

* Da tiempo al tiempo. Normalmente, necesitarás tiempo para que la relación madure, para conocer verdaderamente a una persona no sólo en su faceta más amable sino también cuando está cansado, enfermo, en épocas bajas, de desánimo, etc. El Tú como el Yo se configura en multitud de momentos, en algunos somos todo alegría, felicidad, humor, etc., en otros, no tanto.

* ¿Por qué le llama amor cuando quiere decir sexo? El sexo es importante y no creo que haga falta profundizar más en ello, sin embargo, su importancia declinará con los años. Una relación que se basa en la apariencia física del otro, en su posición social, puesto de trabajo, dinero, casa, coche, etc. es como un hombre que construye su casa sobre arena. Llegarán los vientos y las lluvias (enfermedades, despidos, traslados de destino, el paso de los años, etc.) y la casa se derrumbará. Una casa construida sobre roca tiene sus cimientos firmes en el amor, la paciencia, el perdón, la paciencia, la comprensión. Vendrán tormentas y huracanes pero la casa no se derrumbará.

* Sinceridad: “Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio”, decía Serrat. Existen muchas personas que por conseguir algo (una experiencia sexual, quedar bien, casarse, no estar solo, etc.) muestran una cara y en otras circunstancias muestran otra, bastante menos amable y bien distinta. Una relación donde uno o ambos no expresa su verdadero Yo es una relación condenada al fracaso desde el principio. ¿Qué puedo hacer? La mejor medicina si tu novio o novia sufre de este paradigma es el tiempo, es decir, vivir con dicha persona muchos momentos y circunstancias, cuantos más, mejor. Escucha y está atento a otras personas que lo conozcan, si detectas una anomalía substancial entre tu visión y la de los demás procura darte más tiempo antes de acometer cualquier paso del que te puedas arrepentir y redobla la vigilancia.

* Evita la dependencia. Debéis seguir manteniendo vuestro desarrollo personal y profesional, vuestras amistades y momentos de soledad e intimidad. “El amor no son dos egoísmos que se necesitan sino dos generosidades que se abrazan”. Debes discernir que la relación se cimiente en la amistad y el amor, no en la necesidad (miedo a la soledad, querer “huir” de una realidad dura, que no te/le gusta o soportas), en la búsqueda de protección, afecto, etc.

* El amor es ciego , pero no tonto . Debes ser racional y ponderar los elementos que pueden dificultar dicha relación en el futuro. Por ejemplo, antes de profundizar en una relación, si os habéis conocido en una excursión o en las vacaciones pero vivís en dos ciudades a 300 kilómetros una de la otra, será muy difícil mantener dicha relación. Medítalo y considéralo, porque quizás convenga parar una relación en una buena amistad que buscar una relación amorosa en unas circunstancias donde objetivamente la distancia es un grave problema. La misma reflexión puede realizarse con trabajos en ciudades distantes, distintos credos religiosos, problemas de salud, etc.

* Ofrece y da lo mejor de ti mismo, entrégate y ábrete a los demás. Intenta conservar la frescura de la relación, valórala e intenta tener detalles en el día a día que muestren tu afecto en las pequeñas cosas cotidianas. Aunque llevéis muchos años de pareja trata de sorprenderle o sorprenderla, muéstrale que te importa cada día más, dile que le o la quieres,… Si hace tiempo tuviste una mala experiencia amorosa no te cierres en banda, ábrete a los demás y a nuevas experiencias, sobreponte a la adversidad con generosidad, optimismo y alegría. ¿Quién sabe lo que puede suceder? No lo sabe el presidente o el rey con su poder, tampoco el empresario o ricachón con su dinero ni siquiera el famoso o modelo con su belleza. Obviamente la posición social, económica, la belleza, el nivel de estudios y la edad condicionan las posibilidades de encontrar pareja y facilitan o dificultan mantener relaciones sociales. Sin embargo, salvo en casos extremos, en nuestras manos se encuentra muchas veces la capacidad de ser felices y de experimentar relaciones satisfactorias.

* Perdona a tu compañero o compañera, especialmente cuando sinceramente está arrepentido/a y dispuesto a cambiar.


10.3 Los mantras del éxito.

Ten en consideración las siguientes reflexiones:

* Un largo camino comienza por un primer paso. “Incluso las torres más altas comienzan en el suelo”, “gota a gota, el mar se agota”. Nadie nace sabiendo, todos precisamos una fase más o menos ardua e intensa de aprendizaje y cometer errores hasta conseguir dominar cierto trabajo o actividad. No te desanimes si la meta parece lejos, trabaja duro día a día y algún día lo alcanzarás: “Con tiempo y una caña (palo) hasta las verdes (aceitunas) caen (del árbol)”. La propia esperanza de alcanzar la meta da sentido al camino y te proporciona beneficios psicológicos suficientes para que merezca la pena intentarlo.

Más importante aún, comienza con un “mini objetivo”, es decir, algo que te ayude a iniciar el camino para conseguir tu meta. Por ejemplo, si quieres perder peso no te plantees ir al gimnasio dos horas de lunes a viernes, correr una maratón o hacer una dieta draconiana. Las probabilidades de fracaso son mayores ante estos objetivos exigentes y, entonces, sólo conseguirás aumentar tu frustración y negatividad. Mejor proponte metas cercanas a tu aquí y ahora, que sepas que requieren esfuerzo por tu parte pero que no sean tan lejanas a tu realidad y posibilidades. Además, aprende a pedir ayuda para conseguir avanzar y cuando lo consigas se agradecido.

Estos mini objetivos deben ser evaluables, siguiendo con el ejemplo: ir al gimnasio lunes, miércoles y viernes quince minutos o media hora, dejar de tomar esas galletas de chocolate que tanto te gustan en la próxima semana, etc. Cuando revises tus éxitos, aunque no sean tan grandes como quisieras, celébralos porque estás avanzando en la buena dirección. Si fracasas, no te preocupes en exceso pero tampoco arrojes la toalla, inténtalo otra vez: “Nunca digas que no puedes”. No puedes evitar caer, sin embargo, si puedes conseguir levantarte cada vez que te caigas: “Si te caes siete veces, levántate ocho”, “caer está permitido, ¡levantarse es obligatorio!” No lo dejes para mañana, recuerda que “algún día lo haré es decir ningún día lo haré”.

El éxito no es alcanzar la meta por el camino que planteaste inicialmente, también es ser flexible para aceptar un muro infranqueable y buscar otra vía diferente para alcanzar tu meta.

Los que triunfan lo hacen principalmente por su obstinación, por la tenacidad en alcanzar sus objetivos a pesar de los reveses y las dificultades.

* Vive el presente. “Vive como si hoy fuera tu último día, algún día acertarás”. No vivas anclado en los éxitos y los buenos momentos del pasado ni soñando en futuras promesas. ¡Solo hoy existe! Trata de ser feliz con lo que tienes aquí y ahora y disfrutar con lo que haces y lo que eres. No busques ser feliz al alcanzar tu meta, disfruta el camino y el proceso para alcanzarla.

* Tú no eres tus resultados. Una cosa es lo que tú eres y otra, bien distinta, los resultados que obtienes. Si suspendes no es que seas torpe, si has realizado algo mal no es que seas mala persona. Puede ser que hayas tenido un mal día, quizás has cometido un error, no has puesto toda la carne en el asador, otros han estado mucho más inspirados que tú, etc.

Tus resultados no son directamente controlables por ti. Por supuesto, debes observar las consecuencias de tus acciones para tratar de cambiarlas y así intentar obtener las metas que te has propuesto. Pero, ¡ojo!, no pongas nunca la felicidad en los resultados o serás otro infeliz más. Aunque obtuvieras ese trabajo diez, después de un tiempo comprobarías que todo no es perfecto: monotonía, estrés, tu salud que se deteriora con la edad, etc. Puede que te cases con una mujer con cuerpo de modelo o actriz de cine, sin embargo, el paso de los años minará su belleza más tarde o más temprano. Repito, la felicidad está en nosotros mismos, en aceptarnos, en ser feliz en el camino hasta nuestras metas pero no en llegar a la meta. Has leído bien: “la felicidad está en disfrutar en el camino a la cima, no en llegar a la cima”.

* La vida es demasiado seria para tomársela en serio. La vida no es el trabajo y los resultados académicos, una relación de amistad o amorosa, una meta,…Nuestra vida es muy cambiante y multidimensional. Cultiva el sentido del humor y ríete de ti mismo porque lo que hoy te parece absoluto, mañana no lo será tanto. “La risa sirve para marcar una distancia entre nosotros y algún suceso, lidiar con él y pasar página” Bob Newhart. La risa nos permite poner una distancia con el problema, relativizarlo, ponerlo en perspectiva, mejora nuestra actitud ante él, en definitiva, nos provee de muchos recursos para superarlo o, al menos, integrarlo y aceptarlo.

* Quiérete. Valora tu esfuerzo y ganas de mejorar, dedícate tiempo a ti, a tus aficiones, salud y relaciones. Es importante que inviertas en tu salud, a saber: practica ejercicio físico de forma regular, cuida la higiene personal, duerme bien y come una dieta sana y equilibrada rica en frutas y verduras.

Proponte el siguiente ejercicio, imagina que estás en tu lecho de muerte: ¿Qué actividades y objetivos crees que te gustaría pensar que has realizado? Ante esta perspectiva podrás discriminar la chicha o el meollo de lo superfluo. Dedica cada día de tu vida a las cosas que realmente crees que merecen la pena, por ejemplo, pasar tiempo “de calidad” con tus seres queridos.

* Cultiva el crecimiento personal. Trata de aprender cada día algo nuevo, diferente, así como, procura mejorar y crecer. No dejes nunca de aprender, no te estanques diciendo o pensando “ya no puedo cambiar”, “no tengo remedio” o “ya soy muy viejo para cambiar”. Tú y los que te rodean se merecen mucho más que eso. Tú, tus familiares y amigos bien valen y merecen que intentes mejorar y que trates de avanzar.

* El secreto de la vida está en adaptarse. A medida que envejezcas no pretendas hacer lo mismo que cuando eras joven. Acepta cada etapa con sus ventajas e inconvenientes, se feliz con lo que tienes y vive conforme tus circunstancias. “Donde fuiste feliz no debieras tratar de volver”, dirá Sabina. Serás feliz si aprendes a vivir cada etapa con sus posibilidades y limitaciones, apreciando sus bondades, aceptando sus restricciones, disfrutando el momento y las cosas buenas de la vida: el amor, la amistad, la familia, tiempos de ocio, un buen libro, canción o paseo, etc.

* Cultiva la autoestima, la autoconfianza. “La autoestima es la capacidad de conocerse, aceptarse y valorarse, que nos permite vivir una vida más equilibrada, alegre, armónica y productiva” Renny Yagosesky (Wikiquote). No limites tu potencialidad. Si eres infeliz trata de encontrar un futuro mejor. Si no tienes estudios, ¿a qué estas esperando? ¡Te lo mereces! Piensa en grande: ¡Tú puedes! Otros lo han conseguido, ¿por qué no tú? Si tienes pensamientos negativos sobre ti (no soy muy atractivo/a (1), no soy capaz de superar ese obstáculo (2), siempre meto la pata (3), soy torpe (4), …):

- Desafíalos: ¿quién lo dice?, ¿dónde está la evidencia de que realmente son verdad?

- Sustituye dichos pensamientos negativos por positivos: no soy tan guapa como una actriz de cine pero tampoco soy fea, además voy a realizar más ejercicio y comer mejor para mejorar mi aspecto y estar más sana (1); con mucho esfuerzo y dedicación puedo superar cualquier obstáculo (2); algunas veces meto la pata pero no siempre y, poco a poco, estoy aprendiendo (3); no soy tan inteligente como Einstein pero tampoco soy tan torpe (4),…

- Repítete los pensamientos positivos una y otra vez, medítalos, tenlos siempre presente, asimílalos, visualízate en este nuevo contexto, “ensaya” tu nuevo yo y revisa el resultado.

- Se tu mejor amigo. Si piensas que no vas aprobar un examen seguro que lo suspenderás, es decir, tus acciones y resultados están estrechamente relacionados con lo que piensas. No mines tus posibilidades, no te sabotees. Lo que piensas y dices tiene el poder de cambiar la realidad, asegúrate de pensar y hablar bien de ti, de tus problemas, posibilidades, potencialidades y futuro, aunque tampoco debes ir al otro extremo, a la soberbia y la pedantería.

- Aprende a quererte.

* Carpe diem. ¡Aprovecha el tiempo! “Disfruta la vida, es más tarde de lo que crees”, “el tiempo no se pierde, pierdes tu vida”, “cualquier ser humano tiene tiempo pero nadie puede comprarlo”. No mates el tiempo, disfrútalo y vívelo aprovechando cada segundo, bebe cada gota de tu vida como si fuera la última. Gestiona, por tanto, eficientemente tu tiempo:

- No dejes que el teléfono, móvil o similares (email, facebook, twitter, tuenti, etc.) gobierne tu tiempo.

- No pospongas indefinidamente lo central e importante por lo inmediato.

- Planifica tu agenda e incluye tiempo para las tareas no urgentes pero importantes.

- Limita y planifica el tiempo que dedicas al ocio y la comunicación: redes sociales tipo twitter, correo electrónico, televisión, videojuegos, etc.

- Aprende a simultanear tareas no importantes, por ejemplo, escuchar un podcast o audiobook para aprender idiomas mientras conduces o haces tareas domésticas; enviar o leer un mensaje mientras estás esperando en la parada o en la consulta del médico, caminar haciendo una llamada a un cliente, etc.

* Todo tiene su tiempo y su sazón. Pondera todo en la vida, todo tiene cabida en su justa medida. Debes estudiar y trabajar duro no cabe duda. Si eres perezoso, mañana te arrepentirás de las oportunidades que dejaste escapar y que no volverán. Si estás todo el día agobiado, primero estudiando y luego trabajando, perderás tu juventud sin disfrutar de la vida y, quizás, la alegría y la salud.

No debes vivir como un pollo sin cabeza, es decir, sin reflexionar sobre tu vida, tus metas y cómo llegar a ellas. Pero tampoco puedes excederte en el otro extremo, ser una persona “super” introvertida, que no para de autoevaluarse, de recriminarse por los fracasos y encontrarse zonas “oscuras” en la personalidad. Como casi todo en la vida, en el equilibrio está la virtud.

* Si estás agobiado… simplifica tu vida.

- Considera que es lo esencial, indispensable, central y que es lo accesorio, prescindible y periférico.

- Elimina de tu vida parte de las tareas innecesarias, a veces, “menos es más”, o lo que la cultura popular hizo refrán “el que mucho abarca poco aprieta”.

- Delega en otros algunas actividades, por ejemplo, reparte con tus hijos ciertas tareas domésticas y gratifícales económicamente o con algún viaje, regalo, etc. Ellos se sentirán así más importantes y útiles y tú descansarás, evitarás el estrés y podrás centrarte en aquellas tareas que realmente son esenciales o requieren de tu participación.

- Aprende a decir que no, detente antes de decir si, de presentarte voluntario a cierta actividad, considera detenidamente a que te vas a comprometer y tus posibilidades reales.

- Decide el tiempo que debes conceder a las tareas más periféricas y no le des ni un segundo más, no vayas a por nota en ellas.

* Discierne entre lo que puedes cambiar y lo que no.

- “Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada."

- “Si no puedes ir a donde quieres, quédate dónde estás”.

- “Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia”.

* Abraza los cambios de la vida. Ante tiempos de dificultades y adversidades: ¡No te engañes! Evalúa los cambios, no esperes a que sea demasiado tarde, trata de anticiparlos y actúa con decisión cuando veas la solución, es decir, busca “escapar del toro” antes de que lo tengas demasiado cerca.

- Discierne estrategias para evitar los problemas y los resultados negativos.

- Céntrate en lo básico y busca lo positivo de la nueva situación, las nuevas posibilidades que se te proponen y emergen: “A río revuelto, ganancia de pescadores”.

- No dejes que te consuma el estrés y las preocupaciones.

Trata de poner la situación en perspectiva, por ejemplo:

- Si a nivel laboral tienes muchas preocupaciones, pero el resto de tu vida (salud, amistad, pareja, hijos, situación económica, etc.) marcha bien puedes “relativizar” tus problemas considerando que eres un ser multidimensional.

- Si estás en el paro, intenta ampliar tus horizontes, busca nuevas posibilidades, revisa tus capacidades, aptitudes y talentos, ¿quizás formarte y adquirir nuevas competencias?...

- Si estás enfermo trata de “ganar” esas horas de dolor y aburrimiento disfrutando de algún hobby o aprendiendo algo nuevo que te distraiga, te aporte algo y “no dejes a la loca de la casa” (tu cabeza) vagar por ti como un caballo desbocado (es decir, pensando mucho más de lo que conviene). Por ejemplo, podías escuchar los podcast en inglés en tu cama que te propusimos en el capítulo dedicado al aprendizaje de idiomas.

* Se positivo. “Cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero algunas veces nos quedamos tanto tiempo añorando la puerta que se cerró, que no vemos la que se acaba de abrir frente a nosotros”. “No llores porque se ha ocultado el sol, las lagrimas no te dejarán ver las estrellas”. Tú decides si el vaso está medio lleno o medio vacío.

Más importante que nuestra disposición innata, nuestras experiencias y vivencias y el entorno que nos rodea es la evaluación subjetiva que realizamos de ellas. La relación entre dicha evaluación y la realidad no es directa, sino bastante compleja (traducción muy libre de Alfred Adler). Casi siempre puedes hacer una lectura positiva de tu historia personal, incluso de los momentos más difíciles. Personalmente, cuando superé la metástasis en el pulmón aprendí que la vida es muy corta, que tengo que disfrutarla a tope, redescubrí el amor de mi madre, mi mujer y algunos amigos y que muchas cosas que me agobiaban no eran tan importantes.

* Se buena gente. Para ser feliz considera lo siguiente:

- Eres único e irrepetible.

- Se altruista: “Es más feliz el que da que el que recibe”, “donde no hay caridad, no hay justicia” (San Agustín). Trata de compartir con los más necesitados, no es sólo un acto de generosidad lo es también de justicia social. Sin embargo, te aconsejo que encauces tu ayuda por O.N.G. no gubernamentales (Manos Unidas, Caritas, etc.) que no desperdician parte del dinero en campañas publicitarias y el pago de funcionarios con sueldos europeos sino que todo o casi todo el trabajo se realiza por voluntarios y el dinero va “casi” íntegramente a donde tiene que llegar.

- Aprende a perdonar: (1) la principal víctima del rencor y el resentimiento eres tú; (2) reconoce que tu también cometes muchos errores: “ojo por ojo y el mundo acabará ciego” (Gandhi), el perdón es necesario para todos; (3) trata de reconocer la parte de tu culpa; (4) perdona de corazón y exprésalo con sinceridad, sencillez y humildad.

- Mejora tu comunicación interpersonal: (1) aprende a escuchar; (2) se siempre positivo en tu comunicación, incluso cuando quieras criticar al otro y que cambie su conducta, actitud, modo de trabajo, etc.; (3) se asertivo, es decir, defiende tus derechos y planteamientos, no te dejes pisar, pero no seas agresivo; (4) cuida la comunicación en términos generales, no sólo las palabras, es decir, el tono, las posturas, movimientos, etc.; (5) se empático, es decir, capaz de ponerte en la piel del otro y comprender su punto de vista.

- Frena tu ira. Si estás enfadado hasta tal punto que no te controlas: (1) párate, ¡no hagas nada en caliente!, respira profundo y cálmate; (2) cuando estés más tranquilo asegúrate de, antes de actuar, poder responder a las siguientes cuestiones: ¿estoy lo suficiente relajado para tomar una decisión acertada?, ¿la respuesta que estoy considerando puede volverse contra mí?, ¿estoy realmente viendo objetivamente los hechos tal como sucedieron?, ¿lo que voy a hacer realmente soluciona, palia el problema o lo empeora?, ¿estoy considerando el punto de vista de la otra parte?; (3) Si metiste la pata, pide sinceramente perdón y aprende de tus errores, “nadie nace aprendido”.

- No seas prejuicioso. Igual que nuestra mente nos engaña cuando nos hace ver que una línea es más larga que la otra, también lo hace cuando nos hace pensar que las personas que pertenecen a nuestro grupo (también llamado endogrupo, es decir, las personas de nuestro mismo sexo, grupo social, edad, grupo étnico, religión, nacionalidad, etc.) son mejores que el exogrupo (los que se diferencian de nosotros por su sexo, grupo social, edad, etc.), así como, que todos los miembros del exogrupo son iguales.

“En todos los lados cuecen habas”, dirá nuestro acerbo popular, indicando en este contexto que en todos los grupos hay gente buena, inteligente, honrada, trabajadora, de los que podemos aprender mucho y otras personas que no lo son tanto.


10.4 La vida en movilidad.

El mundo es movimiento, tu cambias, lo hace tu pareja, el entorno, la tecnología, etc. No te preocupes en exceso de los cambios, no te aferres a lo antiguo, abraza lo nuevo dándote tiempo para adaptarte. Sin embargo, considera que las ideas son casi siempre las mismas y que si aceptas “estar siempre en camino”, te resultará más fácil adaptarte a los cambios, extraer provecho de ellos, aprovecharlos. Para profundizar en este tema, puedes consultar el texto clásico de Spencer, Johnson ¿quién me ha robado mi queso?

En el mundo tecnológico, la movilidad se expresa en el auge de los teléfonos móviles inteligentes con acceso a Internet, los ordenadores portátiles, la Web 2.0 y los pendrives. En otras palabras, dispositivos y servicios que nos dotan de la posibilidad de procesamiento y acceso a la información en movilidad, desde cualquier lugar y en todo momento. Vamos a ver “a vista de pájaro” algunas de sus posibilidades.

Empecemos por los móviles inteligentes o smartphones en inglés, la idea es añadir a un teléfono portátil la potencia de proceso de un ordenador. Se trata de dispositivos que permiten la instalación de aplicaciones, la reproducción de contenidos multimedia, acceso a Internet, al correo electrónico y a las redes sociales (Facebook, Twitter,…), etc. Aquí presentaremos Android, el teléfono libre de Google basado en Linux y Windows Mobile, el teléfono de Windows. Sin embargo, existen otras alternativas: el iPhone de Apple, RIM, Symbian, Palm, etc.

En estas diapositivas mostramos el Windows Phone 7.

La siguiente idea que vamos a mostrar es la posibilidad de almacenar tus archivos y directorios en un disco virtual online. Servicios como Dropbox (http://www.dropbox.com/) y Spider Oak (https://spideroak.com/) nos permite realizar una copia de seguridad de nuestros datos en la nube, compartirlos y sincronizar varios ordenadores. Además, Dropbox es terriblemente sencillo, bajamos e instalamos el programa y nos crea una carpeta en el escritorio. Todo lo que copiemos en ella se subirá a nuestro disco duro virtual, a todos los equipos que compartan nuestra cuenta de Dropbox y estará accesible desde cualquier dispositivo (teléfono móvil, portátil, lector electrónico, etc.) con un navegador y acceso a Internet.

Igual que el móvil se ha hecho imprescindible en nuestras vidas, otro dispositivo, de forma mucho menos notoria, se ha vuelto indispensable, se trata del pendrive. Su uso se ha generalizado porque es barato y conveniente. El teléfono móvil nos permite hablar desde cualquier lugar, el pendrive llevar siempre con nosotros nuestros datos. Los dos tienen su sentido porque el ser humano vive en movilidad y quiere poder comunicarse y acceder siempre a sus programas y datos. Los teléfonos proporcionan cada día más potencia de cálculo. Los datos pueden estar almacenados en un disco duro virtual (Dropbox o SpiderOak), en tarjetas de memoria o en nuestro pendrive.

Otra vuelta de tuerca son los programas portátiles. Debido a que los pendrive aumentan, cada día más, su capacidad de almacenamiento, es posible utilizar parte de este espacio para los programas. Esto constituye el escenario ideal, llevar siempre con nosotros no sólo nuestros datos sino también los programas para procesarlos. Solo tenemos que enchufarlo a un equipo de sobremesa, portátil, ultra portátil o similar y tendremos todas nuestras aplicaciones preparadas y configuradas (por ejemplo, los favoritos y contraseñas en el navegador), así como, nuestros ficheros y directorios. Existen toda clase de aplicaciones portátiles: procesadores de textos (OpenOffice, Abiword, Notepad++), reproductores multimedia (Vlc), navegadores (Firefox), antivirus (ClamWim), editores HTML (Nvu), juegos, etc.

Lugares para encontrar aplicaciones portátiles son los siguientes: portableapps.com, www.portablefreeware.com y www.pendriveapps.com.

El único inconveniente de la solución recién mencionada es que requiere un equipo con Windows instalado y funcionando. ¿Qué sucede si dicho equipo está infectado con virus, gusanos y troyanos, Windows se cuelga o tiene GNU/Linux como sistema operativo?

Una idea más avanzada, aunque también más compleja técnicamente, es no sólo tener en el pendrive los datos y aplicaciones sino también el propio sistema operativo. Esto no se puede realizar con Windows, o al menos, digamos que no es legal. Veamos cómo realizarlo en GNU/Linux y, más concretamente, en Ubuntu. Lo primero que realizamos es particionar con GParted nuestro pendrive: la primera partición será para Ubuntu y la segunda, para nuestros datos y aplicaciones portables para Windows.

En segundo lugar, instalamos Linux en el Pendrive.

Observa que utilizamos el Creador de discos de arranque y que precisamos el CD o la imagen ISO de nuestra distribución favorita de GNU/Linux.

La instalación de Linux es persistente, es decir, si realizas cambios sobre el sistema (instalar aplicaciones, cambiar el fondo de escritorio, añadir lanzadores, etc.), la próxima vez que inicies el sistema encontrarás todo como lo dejaste: tendrás las aplicaciones instaladas, el nuevo fondo de escritorio y lanzadores, etc.

Otra posibilidad es Linux Live USB Creator http://www.linuxliveusb.com/, no solo admite instalar GNU/Linux en el pendrive desde Windows sino que implementa una solución de virtualización que nos permite ejecutar nuestro Linux en Windows sin ningún tipo de configuración por nuestra parte.


10.5 ¡El equipo ha muerto! ¿Qué hago?

¡Que no cunda el pánico! Todo tiene arreglo menos la muerte. Para empezar procura tomar medidas preventivas, las curas o soluciones “a posteriori” suelen ser mucho peores. La medida más importante “a priori” es la copia de seguridad.

En todo caso los problemas pueden ser hardware o software. En algunos casos el equipo no arranca porque se ha cortado el suministro eléctrico, el cable ha dejado de funcionar o simplemente el interruptor no está a ON. Empieza probando que todas las conexiones externas (monitor, teclado y ratón) están correctas, al equipo le llega corriente y el interruptor está a ON.